lunes, 7 de septiembre de 2009


Y no me quiere soltar.
Y no me deja respirar.
Pero aguanto,
en mis pulmones,
ya no hay ese humo oscuro
que me asfixia
sin dejarme
respirar.
Y estoy,
estoy acá esperando,
que la bruma se disperse,
para poder caminar,
por este camino,
sin señal.
Ya no importa si me caigo.
Me volveré a levantar ...