ni la gilada de las noches desveladas,
vagando enamorada, tapando recovecos,
con tu foto en el bolsillo.
hoy no tengo ganas de llorar,
pero el impuesto de ese sentimiento inerte,
me viene a cobrar,
aquellas noches de luna que terminaron en burlas,
cuando palabras no entraban más.
y me animo rezando,
aunque mi vaga esperanza
se quiera mudar…
Y me quedo sentada,
hablándole al viento,
que abraza sin miedo mis vanas palabras.
mi floja inocencia
me invita a pintar una irreal realidad,
que miro desde enfrente,
como un amanecer sonriente de lo que el tiempo dirá…